Tlaskamati

jueves, 20 de noviembre de 2008

BANDOLERO DIVINO

...Pues mire usted, Libradita, cuando recién llegué aquí a la Ciudad de México; acudí a una cena que en mi honor ofreció un grupo de personas. Había ahí escritores, poetas, maestros, banqueros, comerciantes, en fin, gente de diversos 'quehaceres. Entre 'ellos se encontraba un gran personaje-del Perú, el poeta José Santos Chocano, a quien, según me informaron, llaman "El Cantor de América". Bueno, pues sabiendo él de esta cena, escribió una poesía en mí honor que leyó esa noche. Y hoy me encuentro con que no se conformó con eso que yo le agradecí profundamente, invitándolo a cenar y entregándole un obsequio, sino que lo publicó en la prensa. Además, lo repartió en volantes que nadan circulando por todas partes. Vea nomás, Libradita, léamelo, quiero oírlo en su propia voz. Sentados frente a frente una vez más, Villa ha sacado del bolsillo interior de su saco la hoja que le acaba de dar Trillo, la pone en manos de Librada y ésta lee:

Caes... caes... no importa, bandolero divino.
Remo, Rómulo: el crimen es a veces ritual.
Una voz, como a Pablo, te llama al buen camino..
Pero ¿quién te diría: obras bien, piensas mal?

Un demonio y un ángel en rebeldes porfías
Disputándose el signo de tu oculta intención,
y así, como a veces, al dudar sentirían
un trajín de cuatro alas dentro del corazón.

Loco de alegría hiciste tal aprendizaje
de tus desorbitadas artes en la lección,
que te habló deslumbrante tu espíritu salvaje,
de Hércules, asesino, de Mercurio, ladrón.

Por dentro de tus lauros con que ilustras tus sienes,
la locura sacude tu poderosa crin;
tan grande en el delito como en la gloria tienes
apta al puñal la diestra y el oído al clarín.

Hijo de águila y tigre, sientes en las entrañas
yo no sé qué delirio de metal en crisol;
agua pura que gime bajo negras montañas
o arrebol salpicado con la sangre del sol.

Sábelo: ya tu espada se siente fatigada...
Sábelo: ya su entrada te cierra el porvenir.
Está bien que te obstines en esgrimir tu espada
como el ave que bate sus alas al morir.

Serpenteantemente caes con la caída
que en las sombras eternas desenvuelve Luzbel.
Caes... caes... mirando con desprecio la vida
y a la vez sujetándote a la frente el laurel.

Olvidar no podrías tus gloriosas locuras,
ni rendirte al acaso ni dar un paso atrás,
que cuando se desprende también de las alturas,
la piedra cae a plomo y el rayo hace zig-zags.

Que fuerte y qué hermoso poema! Su sonido, su ritmo,..,¡Me' gusta eso de "bandolero divino", deverás que me gusta. Ve como hasta los Poetas están de su lado? – Dice Librada…

Texto extraído de libro Itinerario de un Pasión Los Amores de mi General Villa. Aut. Rosa Elia Villa. Pag.232

No hay comentarios: