Tlaskamati

lunes, 9 de febrero de 2009

Los Gemelos Del Dedazo - (www.reportebrainmedia.com)



El pacto electoral 2009 entre el PAN y el PRI está sellado en Nuevo León. La burlada
democracia interna parió a dos candidatos ilegítimos. Con sólo unas horas de diferencia,los dos partidos dieron a luz por “dedazo” a sus candidatos a la gubernatura. Ninguna consulta a las bases. Oídos sordos a las legítimas demandas del resto de los precandidatos,tanto del PAN como del PRI, que en justicia pedían una elección interna para validar la decisión.Pesaron más los caprichos personales de Felipe Calderón y Emilio Gamboa que el reclamo de una militancia que ve con desilusión que el PAN y el PRI ya son lo mismo. Imposición. Hipócritas y falsos resultaron Germán Martínez y Beatriz Paredes.
Sus discursos de democracia interna fueron vanos.Jugaron con los demás precandidatos, de uno y otro partido,hasta cansarlos, hasta comprarlos,hasta burlarlos e incluso hasta amenazarlos.
Las “campañas sucias” contra los “rebeldes del dedazo” ya estaban listas para ser pautadas en horario estelar Pero no hizo falta. Con unas horas de diferencia, se consumaron con magistral sincronía los dos destapes “por consenso”.
Pero aunque los disfracen de operaciones políticas, el “dedazo” no puede esconderse.
¿O cómo justificará Germán Martínez el haber impuesto la opinión de 24 por ciento de los encuestados, cuando el otro 76 por ciento,los que apoyaban a cualquiera de los otros precandidatos, demandaban una elección interna?
¿Cuál será el discurso progresista de la admirada Beatriz Paredes para justificar al precandidato que sus correligionarios llaman “El Peña Nieto del Norte”?
¿Cuál será el discurso de Fernando Elizondo Barragán que honre aquella lección de dignidad política que diera su padre Eduardo Elizondo cuando renunció a la gubernatura porque rechazaba las imposiciones del centro? Las mismas decisiones presidencialistas que hoy imponen a su hijo.
Si tan seguro estaba del apoyo que tenía dentro de su partido, ¿por qué no aceptar la elección interna?
¿Cuál será la base que sustente al joven priista Rodrigo Medina,más allá del 5 por ciento que registra como penúltimo lugar en las preferencias electorales?
Y aquí ni siquiera cabe preguntar por qué no aceptó la elección interna. Porque sabía que cualquier rival la ganaría antes que él.
Lo gritaban las encuestas.Lo único que puede explicar el que Felipe Calderón y Germán Martínez hayan pasado por encima de los principios panistas es un pacto inconfesable.
El mismo que los panistas hi-cieron en 2006 para amarrar la Presidencia de México. Con los mismos que traicionaron al priismo dislocado,que subastaron al mejor postor a cambio de impunidad.
Impunidad que hoy estará facturada a Natividad González Parás y a sus insaciables hermanos y familiares,a cambio de que la gubernatura de Nuevo León “vuelva a manos panistas”.
Con eso, Felipe Calderón y Germán Martínez pretenderán aplacar la ira del auténtico panismo,que verá esfumarse en julio muchas de sus actuales diputaciones federales. “¡Pero recuperamos Nuevo León!”, será el discurso triunfalista de los hombres del poder.
Lo único cierto es que los nuevoleoneses irán a las urnas el próximo 5 de julio no a elegir a un candidato, sino a convalidar en lo oscurito un pacto de las cúpulas políticas y económicas.
A decidir cuál de los dos hijos una fallida democracia interna,merece el título de gerente general de Nuevo León, S.A.
Si el “elegido” debe ser el panista que fuera un abogado idealista y que hoy sube los peldaños de la política apoyado en los secretos corporativos, legales y fiscales que su despacho resguarda en sociedad con el hermano de González Parás.
O si una sorpresa instala a la versión “cabrito” de Enrique Peña Nieto, que sube no por peldaños sino por elevador, el rascacielos del poder priista apoyado en los secretos legales y los favores personales que su padre le maneja a su cliente, el todavía gobernador de Nuevo León. Y en medio de esas complicidades,el silencio de los perdedores.
¿O deberíamos decir de los sometidos? De los que decían que defenderían el derecho que su partido les daba de exigir una elección interna y que fueron los primeros en sumarse al contingente de la cargada o a la foto del besamanos.
Aquellos que se dijeron revolucionarios de la democracia interna de sus partidos y que no darían su brazo a torcer para avalar con su complicidad el “dedazo”.
Los que aceptarán con su mor- daza la imposición a cambio de una Diputación o una Alcaldía.
Para ellos, sus esposas o sus hijos. Al final del día, la democracia sí tiene un precio. El de la sobrevivencia en la foto y en el presupuesto.
Fernando y Rodrigo tenían la oportunidad de ser legítimos. Pero el miedo a la realidad los obligó a aceptar ser lo que hoy son. Dos candidatos ilegítimos nacidos del amasiato político que ya se legitimó: el PRI-AN. Nuevo León es apenas el laboratorio en el que se prueba. El experimento se dispersará por todo el territorio nacional y tendrá vigencia: de julio de 2009 a julio de 2012.
Sólo entonces, cuando el viejo PRI vuelva a Los Pinos inoculado con los anticuerpos que le impidan cualquier futura derrota, se dimensionará la magnitud de la traición.
Y será entonces cuando el Himno Nacional estrenará su nueva estrofa: “...por el dedo de ‘dos’ se escribió”.

Por Ramón Alberto Garza

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