Tlaskamati

sábado, 30 de abril de 2011

Dia del Niño, Sabiduría Infantil...





Nunca sabes qué es lo que va a decir o hacer un niño. ¡Es sorprendente!
El autor y Orador Leo Buscaglia se le solicitó una vez que fuera parte del jurado en un concurso. El propósito del concurso era encontrar al niño más cariñoso. El ganador fue un niño de 4 años cuyo vecino era un anciano y su esposa había fallecido recientemente.
El niño, al ver al hombre llorar, fué al patio de la casa del hombre, se subió a su regazo y se sentó. Cuando su mamá le preguntó que le había dicho al vecino, el pequeño contestó: “Nada, sólo le ayudé a llorar”.





La Maestra Debbie Moon`s de primer grado estaba discutiendo con su grupo la pintura de una familia. Había un niño en la pintura que tenia el cabello de color diferente al resto de los miembros de la familia. Uno de los niños del grupo sugirió que el niño de la pintura era adoptado y una niña compañera del grupo le dijo:
- Yo sé todo de adopciones por que yo soy adoptada.
- ¿Qué significa ser adoptado? – preguntó otro niño.
- Significa-dijo la niña, que tú creces en el corazón de tu mamá en lugar de crecer en su vientre.






Una niña de 4 años con su pediatra. Mientras el doctor revisaba los oídos de la niña con el otoscopio, le preguntaba: ¿”Crees que me encontraré al pájaro Abelardo ahí adentro?”
La niña permaneció en silencio. En seguida el doctor tomó el abatelenguas y revisó su garganta. El doctor le preguntó: ¿”crees que me encontraré al monstruo galletero ahí adentro?”
De nuevo la niña permaneció en silencio. El doctor puso el estetoscopio en el pecho de la niña. Mientras escuchaba su corazón le preguntó: ¿”crees que escucharé a Barney ahí dentro?”.
¡Oh no!- Contestó la niña ¡Jesús está en mi corazón. Barney está pintado en mis calzones!





Una vez conducía hacia mi casa del trabajo, me detuve para ver un juego de béisbol de las ligas pequeñas que había en un parque cercano a mi casa. Cuando me estaba sentando en la banca de la línea de primera base, le pregunté a uno de los niños cuál era el marcador:
- Estamos abajo 14 a 0 – contestó con una sonrisa.
- ¿En serio?- le dije. Tengo que admitir que no pareces muy desanimado.
- ¿Desanimado? – dijo el niño con cara de confusión. ¿Por qué estar desanimado? Aun no hemos tenido turno al bat.





Siempre que estoy decepcionado de mi vida, me detengo a pensar en el pequeño Jaime Scott. Jaime estaba intentando conseguir una parte de la obra en la escuela. Su Mamá me dijo que el niño había puesto su corazón en ello; aun así ella temía que no sería elegido. El día que las partes de la obra fueron repartidas, yo estuve en la escuela. Jaime salió corriendo con los ojos brillantes con orgullo y emoción.
Adivina que Mamá- gritó, y dijo las palabras que permanecerán como una gran lección para mí: He sido elegido para aplaudir y animar.






Una lección para el corazón es mi hija de 10 años, Sara, quien nació sin un músculo en uno de sus pies, por lo cual usa un aparato todo el tiempo. Un hermoso día de primavera llegó de la Escuela y me dijo que había competido en las carreras de los eventos competitivos de la escuela.
Debido al soporte de su pierna empecé a pensar rápidamente en algo que decir para darle valor y animar a mi Sara, cosas que decir podría decir acerca de no dejar que esto la desanimara, pero antes que yo pudiera decir algo ella dijo: “Papi, gané dos de las carreras. ¡Yo no podía creerlo! Y después dijo: “Tuve ventaja”. ¡Ah!, lo sabía. En mi interior pensé que debieron de haberla dejado correr a la cabeza primero que los demás. Pero una vez más, antes de que pudiera decir una palabra ella dijo:
Papi, no me dejaron correr primero que los demás. Mi ventaja fue tener que trotar más fuerte que los demás.






Un testigo de Nueva Cork en un frío día de diciembre:

Un niño de 10 años estaba parado en la calle frente a una tienda de zapatos, descalzo, apuntando a través de la ventana y temblando de frío. Una Señora se acercó al niño y le dijo:
- Mi pequeño amigo, ¿Qué estas mirando con tanto interés en esa ventana?
- Le estaba pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos- fue la respuesta del niño.

La señora lo Tomó de la mano y lo llevó adentro de la tienda, le pidió al empleado que le diera media docena de pares de calcetines para el niño. Preguntó si podría darle un recipiente con agua y una toalla. El empleado rápidamente le trajo lo que le pidió. Ella se llevó al niño a la parte trasera de la tienda, se quitó los guantes, le lavó los pies al niño y se los secó con la toalla.
Para entonces el empleado llegó con los calcetines. La señora le puso un par de calcetines al niño y le compró un par de zapatos. Juntó el resto de pares de calcetines y se los dio al niño. Ella acarició al niño en la cabeza y le dijo:
- ¡No hay duda pequeño mío que te sientes más cómodo ahora!

Mientras ella daba la vuelta para irse, el niño la alcanzó de la mano mirándola con lágrimas en los ojos y contestó con estas palabras:
- ¿Es Usted la esposa de Dios?




James T. Desrosiers

1 comentario:

C2ISLOV3 dijo...

Siempre nos sorprenden los Niños; les enseñamos civismo y ellos nos dan lecciones de calidad humana.