Tlaskamati

sábado, 9 de abril de 2011

PEPENADOR DE HISTORIAS: RELATOS QUE DUELEN

Me asomé a la puerta! Había visto desde hace años pasar a un anciano por todas las viviendas y hurgar en los botes para ver que encontraba de interesante.
Cosas inútiles para los vecinos, pero útiles para él. Latas, alguna pieza de fierro, algún aparato con cobre, objetos de aluminio y con suerte; algo más valioso.
Pero cosa extraña! No era el viejito el que se asomaba al bote! Era una mujer de unos veintitantos. ¡Es una madre desesperada! Me vino a la mente, no sé todavía…

Ella siguió buscando en los demás botes, con su mochila al hombro.

foto

"La gaceta"

Iba caminando por la calle, de Peatón, cerca de una parada de camiones. Me llamó la atención, como de un bote de basura se levantaba un sombrero; era un viejito con su costal al hombro! Lo vi, y me miró a los ojos y como si me conociera, entabló una plática espontánea - Me dijo-como si respondiera a mi absorta mirada; que era más bien de impotencia, mostrándome su costal: "Casi no hay latas! Son muy pocas las que llevo juntadas…"

Ese día recibí una bendición y siguio el camino...


Doropeatón.

NO +

No hay comentarios: