Tlaskamati

jueves, 12 de mayo de 2011

El chapo, Osama Mexicano - Nadie lo busca... pero se mueve


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Vuelve la PGR a la vieja pifia sobre la búsqueda del Chapo Guzmán

La Procuraduría General de la República afirma que tiene datos para localizarlo, la Iglesia Católica lo declara omnipresente, algunos gobernadores denuncian que opera en sus entidades y Estados Unidos señala que le ha puesto marcaje satelital, pero documentos internos del Gobierno federal revelan que la búsqueda de Joaquín el Chapo Guzmán se reduce a dos puntos del país: La Tuna, en Sinaloa y Canelas, en Durango.

La controversia sobre la ubicación del Chapo la reabrió el miércoles de la semana pasada la procuradora Marisela Morales, al caer en la misma pifia declarativa de los anteriores titulares de la PGR. Dijo que una de las prioridades del Gobierno federal es la captura de Joaquín Guzmán Loera y aventuró que “se tienen algunos datos sobre su paradero y en eso se está trabajando”.

La funcionaria se enredó porque enseguida, yendo en sentido contrario a los resultados de los servicios de espionaje que presumió, aceptó que el capo sinaloense “es un blanco difícil de atrapar”.

“Si supiera dónde se esconde, de cualquier forma no podría decirlo”, se justificó y agrandó la excusa redundando que “hay blancos que son más difíciles de atrapar por la forma en que se esconden”.

Lo mismo que el ex procurador Eduardo Medina Mora repitió hasta el 30 de marzo de 2011 cuando dejó el cargo, es retomado ahora por quien ocupa el mismo cargo. En materia de combate al crimen organizado una de las prioridades del gobierno de Felipe Calderón es la detención del Chapo Guzmán.

La realidad se evidencia en los expedientes secretos que el Gobierno tiene y que demuestran que los operativos para la localización del Chapo Guzmán cada vez son menos. La misma PGR, en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional, lo considera “a salto de mata” por la capacidad de movilización que posee el líder del cártel de Sinaloa.

De acuerdo con esos informes elaborados con base a estrategias militares y de la fiscalía general, en el periodo de marzo de 2010 a marzo de 2011, la PGR y la Sedena han recibido al menos 200 reportes, provenientes de sus propios servicios de inteligencia y de informantes anónimos que alertan sobre la presencia de Guzmán Loera. De estos avisos únicamente le ha dado seguimiento a aproximadamente quince.

Como ejemplo de lo complicado de las pesquisas sobre la localización del Chapo, en los reportes se destaca que en un mismo día se ha detectado la supuesta presencia del narcotraficante en Mexicali, Baja California, y en Guadalajara, Jalisco.

Los informes derivados de las labores de inteligencia de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada y el Ejército coinciden con lo señalado el 4 de mayo por la procuradora Morales, al establecer que “se trata de un objetivo complicadamente móvil, de permanencia muy breve en un lugar y en otro”.

De La Tuna a Canelas


La PGR y el Ejército tienen información más cierta sobre los intentos que el Gobierno realiza en cuanto a rastreos para situar a Guzmán Loera. Prácticamente los operativos se delimitan a la región norte de la cordillera de la Sierra Madre Occidental, en un segmento del llamado Triángulo Dorado del narcotráfico.

El reporte interno detalla que desde 2009 las acciones para la ubicación de Guzmán Loera se centraron en las regiones de Badiraguato, específicamente en La Tuna, que es el lugar de origen de aquel y en Canelas, Durango, donde los indicios recientes señalan que se refugia.

La vigilancia es permanente en esos dos puntos y sobre ellos se ha enfocado también la cooperación del sistema de localización satelital proporcionada por el Gobierno de Estados Unidos.

Desde noviembre de 2010, con la aprehensión de Manuel Fernández Valencia, apodado La Puerca, la SIEDO dio como un hecho que Guzmán Loera pasa el mayor tiempo en la sierra de Durango, cambiando de ubicación frecuentemente. Datos que aportó el detenido llevan a la PGR a establecer que “rodeado por un cuerpo de seguridad y logístico, desde ahí lleva a cabo las operaciones de trasiego de drogas”.

Sin embargo, los mismos gobiernos estatales en el esquema de contribución en tareas de seguridad pública, han reportado al Gobierno federal que Guzmán Loera ha estado en diversas ocasiones en sus entidades federativas.

De 2009 a la actualidad prácticamente ha sido ubicado en todo el país. Desde 26 estados se han recibido avisos de que anda allá, tal como lo hizo el 20 de marzo pasado el gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, al pedir el apoyo de las fuerzas policiacas federales y el Ejército al detectar, dijo, que allá se movía Guzmán Loera.

Sin embargo, casi todo el trabajo tendiente a determinar los desplazamientos del Chapo Guzmán se efectúan en La Tuna y en Canelas, donde funcionan labores permanentes de vigilancia e información que llevan a cabo la SIEDO y la Sedena. En dichas zonas funcionan también retenes y patrullajes permanentes, con el apoyo de equipo terrestre y aéreo.

En algunas ocasiones, también con la colaboración del Departamento de Estado del Gobierno estadounidense, se han utilizado aviones de vigilancia no tripulados en dichas áreas de los estados de Sinaloa y Durango.

Al menos los reportes conjuntos de la PGR y Sedena así lo revelan, sin dar detalles sobre otras investigaciones que podrían llevarse a cabo en otras regiones del país.

El omnipresente

Fue en abril de 2009 cuando el arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, dio a conocer que “más adelante de Guanaceví, por ahí está el Chapo, por ahí vive, pero bueno, todos lo sabemos, menos la autoridad”.

Ese señalamiento incomodó al gobierno de Calderón y ameritó la intervención de la cúpula clerical para enfriar el tema, al grado de que el prelado declinaría después a aportar mayores datos a las autoridades porque, argumentó, “todos estamos muy convencidos de que eso no tiene mucha eficacia”.

En noviembre de 2010 el arzobispo pudo de nuevo el dedo en la llaga. Dijo que el Chapo, “aunque se me ha perdido de vista, es alguien que puede estar en todos lados”.

Agregó que el líder del cártel de Sinaloa “es omnipresente”. “Está en todas partes, lo mismo puede estar aquí que en un bulevar, o bien, estar en Tamazula o amanecer en Huazamota, o por San Andrés del Teúl, en el estado de Zacatecas, en donde tiene sus grandes propiedades”, apuntó.

La gran movilidad que muestra Guzmán Loera, que la procuradora Marisela Morales plantea como un descubrimiento de los Servicios de Inteligencia del Gobierno federal, no es ninguna noticia. En diciembre de 2007 Ríodoce dio cuenta de la presencia del Chapo en un restaurante de mariscos de Culiacán que fue cerrado al público y quedaron adentro solamente los comensales que habían llegado antes, de los cuales pagó la cuenta de consumo.

Pero de los 200 reportes que según la PGR ha recibido en un año sobre el paradero de Guzmán Loera, al menos 70 provienen de Sinaloa y en los quince casos que han sido tomados como referencia para investigaciones, 13 han sido falsos en cuanto a la información aportada.

En torno al lugar en que se halla ese personaje se ha desatado una gigantesca ola de especulación, “tal vez como estrategia para desorientar más a las autoridades en las labores de persecución”, considera la PGR.

Por ello casi nadie cree en la reciente declaración de la titular de la PGR que reincide en el desmesurado optimismo de sus antecesores que, igual que ella, han afirmado que le pisan los talones al Chapo Guzmán.


¿Rezar es lo último que queda?

Casi al mismo tiempo que dos mexicanos declaraban en una corte de Phoenix que el Chapo Guzmán pretendía surtirse en Estados Unidos de armamento militar y misiles antiaéreos, en Roma el presidente Felipe Calderón le pedía al papa Benedicto XIV que visite México para apaciguar la violencia.

“Le traigo una invitación de los mexicanos para que visite nuestro país, que al momento sufre mucha violencia. Ellos le necesitan mucho, más que nunca. Estamos sufriendo, lo estamos esperando”, le dijo Calderón al Papa al asistir el primero de mayo a Roma para atestiguar la beatificación de Juan Pablo II.

En los días siguientes, Felipe Calderón siguió enviado señales de derrotismo en la guerra que desde 2007 le declaró al crimen organizado. El 4 de mayo, al inaugurar en Los Pinos el tercer foro sobre seguridad y justicia, aceptó que en la lucha contra la delincuencia “ya no hay tiempo para simulaciones y regateos”.

“No se vale apostarle al diferendo político en los esfuerzos al crimen organizado incluida la implementación a la reforma al sistema de justicia penal”, emplazó y urgió a los gobiernos estatales a cumplir sus compromisos en la materia.

“Ningún gobierno se tiene que hacer de la vista gorda”, agregó al pedir el apoyo y la comprensión de la ciudadanía.

Al día siguiente, en el discurso presidencial conmemorativo de la Batalla de Puebla, afirmó que no habrá retroceso de las tropas en la lucha contra la delincuencia. “No se rendirán, pues tenemos la razón, la ley y la fuerza para ganar”.

El viernes 6 de mayo, el secretario de Gobernación, Francisco Blake, lo secundó al apuntar que en la lucha contra el crimen “no es opción retirarse.

“Dar marcha atrás significa empeorar las cosas. Si nos retiramos, vamos a dejar que gavillas de criminales anden impunemente en las calles de México”, puntualizó.

5 de mayo

En el bando contrario, simultáneamente al abatimiento exhibido por el Gobierno, los mexicanos David Díaz Sosa y Emilia Palomino Robles, el primero originario de Sinaloa, detallaban en una corte de Phoenix, Arizona, que el Chapo Guzmán intentó surtirse en Estados Unidos de batería antiaérea que podría tumbar aviones que volaban a 4 mil 800 metros de altura.

El sinaloense confesó participar en una conspiración para intercambiar drogas y dinero a cambio de este tipo de equipo. “Negociábamos entregar una cantidad de metanfetaminas y dinero en efectivo para obtener armas de asalto y un misil del tipo FIM-92 Stinger, diseñado para derribar aviones”, especificaba.

Solo que los supuestos distribuidores de armas resultaron ser agentes encubiertos de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), que detuvieron a los dos mexicanos.


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